¡Toca un cambio de etapa!
Miles son las
circunstancias personales, familiares, laborales que nos han hecho
distanciarnos un poco de la comunidad cristiana, de la cofradía, incluso del
Señor. A todos, quien más y quien menos, nos ha ocurrido. La vida tiene muchas
etapas, en todas aprendemos, pero quedan en eso, en etapas: tienen su fecha de
caducidad y alargarlas no es bueno. Quizás, en no pocas ocasiones, hemos
encontrado factores para distanciarnos dentro de nuestras comunidades:
contravalores, situaciones que nos hicieron alejarnos un poco, incluso
molestarnos… pero ¿en qué familia no hay roces? Debemos entender que somos
imperfectos y que la convivencia entre hermanos no siempre es un camino de
rosas… pero de la misma manera afirmamos que perdonando se vive mejor.
Seguramente cuando
éramos pequeños, la Semana Santa la vivíamos con una intensidad mayor, con esa
ilusión indescriptible que sienten los niños. Dejábamos que la Semana Santa
calara dentro de nosotros (al igual sin saber muy bien por qué). Degustábamos
cada segundo de Cuaresma, deseábamos vivir cada redoble por las calles de la
Villa, nos entusiasmábamos simplemente con acercarnos a la parroquia y
contemplar el velo del Altar Mayor… hasta el aroma del incienso de las
celebraciones nos hacía palpitar más fuerte el corazón. ¿Quién no desea sentir
ese cosquilleo en el estómago al acercarse la Semana Mayor? ¿Quién no desearía
volver a recobrar la ilusión perdida? Ahora que sabemos lo que celebramos: ¿No
sería maravilloso vivir con esa intensidad estos días? Quizás es hora de
recuperar el tiempo perdido, y no recordar sino volver a vivir.
No somos los mismos
de hace unos años, la vida de cada uno ha cambiado, para unos más para otros
menos. Quizás quien trabajaba ya no lo hace, el que estudiaba por suerte
trabaja, otros continúan estudiando o han tenido que salir fuera para formarse…
el que pasaba horas con sus amigos es ahora papá o mamá, quien tenía la
libertad de no tener horarios, ahora los tiene; y el que estaba sano por
completo siente que los años vividos también van desgastando la salud o que la
enfermedad llega sin avisar. La vida pasa muy rápido como para perder el tiempo
en detalles, en enfados pasados, en circunstancias personales o simplemente en
comodidad: Si este año podemos cuadrar mejor los cultos de Semana Santa ¡pues
aprovechemos! ¡No nos echemos atrás! En el fondo del corazón, cada uno de
nosotros sabemos que anhelamos vivir la Semana Santa con ganas, participando
desde dentro y no como un simple espectador. Toca, ya, un cambio de etapa; toca
volver a vivir la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor con plenitud. ¡El
Señor te llama para volver a “Casa”!
Por nuestra parte,
como Junta de Gobierno, simplemente te recordamos que las puertas están
abiertas, con las circunstancias personales que cada uno pueda tener. Queremos
contar contigo, porque sin ti a esta familia le falta un miembro.
Junta de Gobierno de la Venerable Cofradía de la Santa Vera Cruz y Misericordia.
Villa de La Orotava, marzo de 2017.